viernes, 25 de diciembre de 2009

Hoy estoy acá, terminado de lavarme los dientes y me vino de repente una revelación. Hace mucho que discuto con mi psicóloga sobre lo cerrado de mi grupo, como todos pensamos, vemos, leemos y acordamos lo mismo, y siempre pero siempre mantengo mi postura de que mi grupo de amigos es así, pero hoy me doy cuenta de que no, de que estaba errada, de que a veces no tengo absolutamente nada que ver con estas personas salvo el hecho de que nos queremos. Yo se que si hago referencia a ciertas series, películas o libros, va a haber personas en mi circulo que no las cacen, a quienes voy a tener que explicárselas y van a haber expresiones o comentarios que otros hagan que yo no voy a seguir, y eso, eso es genial y me di cuenta de que no necesito tener todo en común con la gente que quiero y que tampoco esta bueno eso. Siempre le discutí que las personas que me atraen tienen generalmente la capacidad de entender de que estoy hablando todo el tiempo, y que por eso me siento cómoda con ellos, pero la realidad es
que tampoco es tan así, que hay gente terriblemente importante en mi vida que no sabe de que hablo la mitad del tiempo, o que piensa que soy rara por hablar de eso pero que sin embargo compartimos una conexión muy especial, y eso es fantástico y me muero por hablarlo con mi psicóloga este lunes.

“Porque si no fuera por todo esto mi famosa expresión facial de “No te puedo creer que…..” no existiría y el mundo no se puede perder esa cara.

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